¿Recuerdan que les comentaba que Amy Winehouse no había asistido a su propia fiesta de cumpleaños 25 y que se desconocían las razones? Pues ahora se sabe que estuvo horas mirándose al espejo sintiéndose mal por lo demacrada que se veía y finalmente desistió de asistir a la fiesta.
Es que Amy debería dejar la mala vida de alcohol y drogas que lleva. Espero que este sea un principio para que se dé cuenta de que eso no la conduce a nada bueno.
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